lunes, 3 de diciembre de 2012

Silueta de mujer en la plenitud de su horizonte

Dedicado a mi niña bonita...

La tarde
 está cayendo
 y el crepúsculo asoma
a las puertas de un cielo majestuoso.
Dichosa vislumbro un milagro de vida y alegría,
Una silueta de mujer en la plenitud de su horizonte.

 Frente al
 espejo del tiempo.
contempla el recuerdo
de los caminos que ha recorrido,
derechos o sinuosos, a veces cálidos,
otros fríos, pensando siempre hallar su arcoíris amigo.

 Cada día
sumándole a las páginas
de su historia, dejando en sus
huellas el sentido de pertenencia,
la búsqueda del propósito y  lecciones de vida 

que poetizó como estribos en escalones de sabiduría.

 En la
puesta del sol,
la femenina silueta descubre
un día más, diciéndole sí a la vida  que
de vez en cuando, cobarde, quisiera abandonar,
y que agradece cuando en la plenitud de su horizonte,
frente al espejo del tiempo, escucha la poderosa voz de la
naturaleza que le dice “vives, y eres parte importante de este universo”.