No me cambie,
porque sus besos me salvaron en el desierto,
porque su pecho activó mis sentidos invernados
y sus canciones hicieron crecer mi cabello
para dejarlo llegar hasta el centro de mi universo.
No me cambie,
porque su mirada seduce a la mujer enervada,
porque sus labios insinuaron al deseo reprimido,
y sus manos removieron con ímpetu mi entereza
para disfrutarlo en la gracia de mi originario libido.
No me cambie,
porque su presencia desgarra el gris de mi cielo,
porque sus pensamientos enamoran mi razón,
y su corazón gana todas las batallas a mi negación
para transitar libre, por una felicidad de dos.
No me cambie,
porque pensarlo dibuja mi sonrisa al amanecer,
porque saberlo cerca enciende mis mejías
y aviva la esperanza del amor como regalo de vida,
para compartirlo con usted todos los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario