Muda el
corazón en el silencio
de la
noche. Guarda en sus gavetas la coraza, guarda también
las horas y el mañana. Escucha su historia en el eco de sus
latidos, observa con ojos cerrados y llora su camino. Examina sus
motivos, reconoce su sentido, pero suspira su existencia de bra-
zos caídos. Suprime su risa y su arrojo diurno, porque desnudo
en el desierto nocturno, está de más su antifaz para revelar
su luto. Sabe de plenitud de amores engendrados pero
clama el fruto del amor sembrado. Abraza el frío
de su almohada y acaricia el bulto de
sus sábanas, y piensa… otra noche
de lecho vacío me
aguarda.
noche. Guarda en sus gavetas la coraza, guarda también
las horas y el mañana. Escucha su historia en el eco de sus
latidos, observa con ojos cerrados y llora su camino. Examina sus
motivos, reconoce su sentido, pero suspira su existencia de bra-
zos caídos. Suprime su risa y su arrojo diurno, porque desnudo
en el desierto nocturno, está de más su antifaz para revelar
su luto. Sabe de plenitud de amores engendrados pero
clama el fruto del amor sembrado. Abraza el frío
de su almohada y acaricia el bulto de
sus sábanas, y piensa… otra noche
de lecho vacío me
aguarda.
hermoso!!!!
ResponderEliminarMi querido Kin, gracias por tu presencia... después de tanto tiempo. Tqm.
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