El final del camino descubre una puerta cerrada,
voz, piel, sonrisa y lágrimas, agitación y sosiego,
espera y silencio, alucinaciones de amor, llaves inservibles.
Parada frente a la esperanza invoqué tu nombre,
porque con el abrí ventanas donde me escurrí alguna vez
para verte de lejos, y con suerte llegara a mí el perfume de
tus flores.
Acceso denegado, no conspiró el universo a mi favor.
Llaves y ofrendas quedaron frente a tu puerta,
sin molde ni magia para conquistar entrada, es grande el
dolor.
Alforja vacía, alegría desvanecida, tu imagen perdida, alas
rotas.
Pesadilla al fin, la puerta del amor no existe y tú no eres
real.
Camino seguro, portal abierto, soledad en mi despertar.