Sin decirte adiós encerré
mis palabras
en el frio de una
cárcel oscura,
tan pequeña que no
alcanzan
el amor ni el tiempo compartidos.
Contrito el corazón,
con la sensación de eterno vacío,
no vuelve su vista atrás
porque su sollozo detendría
su andar.
Las razones no las entenderías,
pero de vida o muerte
se trata,
y la eternidad pesa más
en mi balanza.
El anhelo romántico
ha muerto,
en el mundo perdí tu
mirada,
más he ganado el contemplar
a Dios,
cara a cara.
"Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. Aún en la risa tendrá dolor el corazón; Y el camino de la alegría es congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón; Pero el hombre de bien estará contento del suyo." Proverbios 14: 12-14