viernes, 17 de junio de 2011

Crítico de arte

Aborreces una exposición de pinturas al oleo,
cuando piensas que soy la mujer desnuda,
posé para el pintor y el rostro lo inventó.
Nace un trovador y se le reconoce por su rima,
lo odias porque piensas que me conoció
y soy la musa de su inspiración.
Insistes en tu suposición
que el compositor escribió su música
recordando nuestro idilio de amor.
Te fastidian los graffitis en la ciudad,
aquellos que expresan la pasión y el sexo,
conjeturas mi desenfreno con ellos
para provocar su retorcida imaginación.
En algún roble has encontrado
la talla enamorada de dos amantes,
ella y yo nos llamamos igual,
soy yo la traidora, descarada e inmoral.
Disfrutas la opera,
de Romeo y Julieta es la obra,
si me conmuevo, y cuando mueren lloro,
crees que pienso quitarme la vida por otro.
La danza clásica es tu pasión,
el encuentro físico de los bailarines es excitante,
aplaudo de emoción y mueres de rabia
diciendo que es mi práctica favorita
con mi querido en la cama.
Crítico del arte de los celos,
en tu oficio eres el más bueno.

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