formamos el carácter en la adversidad
y alimentamos el espíritu
en otoños y primaveras por igual.
Tu llegada a mi corazón me iluminó,
salvó ilusiones de telarañas de soledad,
colmó de caricias frescas mi alma,
como rocío de la mañana.
Habló a mis deseos, a mis pretextos,
enamoró mi esperanza y mis ganas,
vistió de versos mi feminidad,
y desnudó mis sentimientos,
pintando amores en oleos de pasiones.
Gira el mundo y no podemos detenerlo,
la vida nos da sorpresas,
y entender las razones de tu cambio
es complicado.
Dedicar segundos a descubrir tu misterio,
es mal sano.
El tiempo continúa avanzando
y aun falta sendero por recorrer,
pero hoy, me detengo en este espacio,
para hacer pacto de perdón contigo,
sin ver lo que he dejado en el camino.
Porque comprendo que el amor era mío,
que tus decisiones no me incumben,
que de tus impulsos soy ajena,
que tu maledicencia solo a ti pertenece,
que las voces que rompieron nuestro idilio,
solo estaban en tu mente.
Que el daño ejecutado refleja tu estilo,
y no el mío.
Hoy te perdono y te olvido.
porque mi corazón en esta relación,
ha puesto por obra el amor de Cristo,
como nunca antes lo había sentido.
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