domingo, 12 de junio de 2011

Renovando mis votos con mi interior



Muertos los sueños,
enterrados en la profundidad
de un mar de lágrimas.
Perdida la esperanza
en un espeso bosque de frustraciones y desgracias.
Con las ilusiones
en el fondo de un abismo de alegrías robadas.
Con el deseo secuestrado
por sentimientos congelados.
Con el cuerpo cansado
de recibir caricias y besos falseados.
Puesto en pausa el pensamiento con el tiempo,
sintiendo vacio el espacio
donde se guardan los bellos recuerdos.
Mutiladas las alas del amor
con hachas de un experto amor muerto.
Torturadas las emociones
por la criminal rutina de sinsabores.
Presa la libertad para amar,
encadenada con grilletes perpetuos
de promesas recitadas en un altar
Todo para romper la unión de mi cielo y mi mar.

No hay mal que dure cien años.
Sin pensarlo, esperarlo ni desearlo
llego el amor con el invierno,
Reviviendo los sueños muertos,
encontrando la esperanza perdida,
rescatando el deseo secuestrado,
renovando la energía del cuerpo cansado,
activando el conector del pensamiento
que me pone en contacto con mis sentimientos.
Sanando mis emociones heridas,
colocando alas de águila al amor,
para que pueda volar libre
en pensamiento y acción.
Poniendo un arcoíris de paz gloriosa
donde la lluvia en otro tiempo
fue más tempestuosa.
Floreciendo en mis campos diversidad de sentimientos,
reales y puros sentimientos,
transparentes y tiernos sentimientos,
protectores y fuertes sentimientos
que lo embalsaman y adornan todo,
Que lo colman y alegran todo.
Que renuevan los votos entre mi mar y mi cielo.

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