y tu proyección al mundo de un ser sufrido.
Sin darte cuenta de tu riqueza
te desconsuela la sensación
de que hasta un mendigo
puede que de ti se compadezca.
Maldita impresión,
opresora de tu libertad,
cárcel de tu imaginación
y cegadora de tu realidad,
¡Cuánto daría yo por hacerla expirar!
Considera, pues,
que en tus sueños no está,
tampoco en tu despertar,
y que puedes atesorar
con un poco de voluntad,
y dulcemente contemplar
tu más sublime majestad.
también me duele la pobreza, tanto física y espiritual, hacemos lo que podemos.
ResponderEliminarbuen escrito, mi poeta.
DIOS TE BENDIGA
el poeta: gonzalo
Gracias por tu presencia en mis versos mi querido amigo y poeta Gonzalo. Dios te bendiga...
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