se ha convertido mas bien
en luna de hiel.
Las sonrisas han menguado
y las lagrimas también.
El deseo sus puertas ha cerrado
y los besos ya no saben tan bien.
Las palabras se han desgastado
y la caricias perdieron su miel.
El amor se percibe cansado
y el cortejo no lo disfrutamos como ayer.
Parece que ha pasado un siglo
en un santiamén.
Hola Silueta, en un santiamén todo se transforma, el amor no es la excepción, lo importante es que no desaparece, sino que va dejando atrás etapas y se va consolidando. Me encantó leerte, porque siempre abres la puerta de la reflexión. Tqm, recibe un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti Cina, que caminas de la mano conmigo en esta aventura de versares. Tambien te abrazo. Dios te bendiga.
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